RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
y mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
- CONTEXTUALIZACIÓN.
Es uno de los poemas más famosos de Machado, más que por su valor poético, por el reflejo entrañable de su figura y de su orientación poética. Se ha popularizado en parte por las versiones musicadas de A. Córtez y J.M. Serrat. Probablemente lo escribió tras la impresión de los autorretratos escritos por su hermano Manuel en los poemarios Alma y El mal poema. El poema aparece publicado en Campos de Castilla (1912).Frente al Autorretrato de Manuel, el título Retrato aporta un matiz de deseo de distanciamiento, de presentarse a sí mismo desde fuera, a pesar de la inevitable subjetividad.
Vamos a incidir en la parte del contenido realizando una interpretación de las diferentes estrofas que lo componen.
Formado por nueve serventesios de alejandrinos (14 sílabas.). Estructurados internamente en tres apartados, cada uno de ellos formado por tres serventesios, reflejando así un claro equilibrio estructural.
1º apartado: Tres primeras estrofas: Presentación y caracterización del poeta.
2º Apartado: Tres siguientes estrofas: Caracterización de su orientación estética y creadora.
3º Apartado: Tres últimas estrofas: Presentación de sus sentimientos acerca de su mundo interior y de su relación con los demás.
En el 1º serventesio evoca su origen “Sevilla” y su infancia a través de los símbolos huerto claro (recogimiento plácido y luminoso de la infancia) y el limonero (sentimiento del amor de la niñez) y después su estancia en Madrid, en su juventud “veinte años en tierra de Castilla” de la que prefiere evitar algún recuerdo.
En el segundo serventesio recuerda su presencia, su porte desaliñado “torpe aliño indumentario” y sus relaciones amorosas. Alejado del donjuanismo de figuras como Mañara –personaje real, histórico, con fama de conquistador- y de Bradomín – personaje literario que aparece en las Sonatas de Valle-Inclán, también un seductor-
En la tercera estrofa hace referencia a su pensamiento liberal “sangre jacobina” –Se refiere a los Jacobinos; grupo político muy combativo durante la revolución francesa, defensores de la República y de la soberanía popular-Recordemos que el poeta fue defensor de la República sin considerarse un revolucionario”manantial sereno”, manantial simboliza el anhelo, el conocimiento. Se caracteriza por la bondad personal, frente a la bondad impuesta por la doctrina “en el buen sentido…”.
En la estrofa cuarta habla de su estilo poético, ama la estética de lo bello, en alusión a las corrientes literarias francesas que influyeron en él como el simbolismo, parnasianismo… a los que se alude a través de los símbolos “corté las viejas rosas del huerto de Ronsard , y se aleja de sonoridad vacía de nuevas corrientes esteticistas (alusión a cierto Modernismo más preocupado por la sonoridad que por lo esencial “afeites de la actual cosmética” “ni soy un ave(… )gay-trinar”.” Ave, gay trinar “símbolos de los poetas modernistas.
En la quinta estrofa vuelve a arremeter contra la poesía sonora y vacía de cierto Modernismo” los tenores huecos” y prefiere mirar hacia el interior, descubrir su voz interior “A distinguir (…) entre las voces una”. Refleja su adscripción a un modernismo intimista, no grandilocuente.
La estrofa sexta se inicia con una interrogación retórica a la que trasciende por no tener interés la respuesta. A través del símil “como deja el capitán…” expresa el deseo de que su obra no interese por la forma o la estética sino por la capacidad de comunicar y conmover al lector. De gran interés la identificación del verso con la espada por la connotación en esa búsqueda de lo esencial: interesa no deslumbrar con sus versos sino herir, en el sentido de conmover al receptor.
La séptima estrofa refleja en el primer verso su personalidad: silenciosa, reflexiva, en el segundo muestra su sentimiento religioso «quien habla solo espera hablar a Dios un día” en el que puede apreciarse su conexión con la mística, compartiendo el concepto de la vida como camino hacia Dios. En los dos versos siguientes se señala su tendencia a la comunicación con su interior y el acercamiento y amor por los demás. Sintetizaría su evolución personal y artística “del yo al nosotros”.
En el octavo serventesio se observa un cambio en el tono, es relevante la función apelativa, en sus palabras directas al lector, con la utilización de la 2º pers. plur. “Y al cabo, nada os debo…”Hay un cierto tono recriminatorio y un deseo de no justificación ante los demás. Se aleja así del sentimiento de la apariencia, de lo material y defiende la honestidad, la sencillez del humilde:” A mi trabajo acudo, con mi dinero pago…”. Con la utilización del hipérbaton para remarcar la honestidad de la circunstancialidad de sus actos.
En los cuatro últimos versos del poema mira hacia el futuro, presenta el tema de la muerte a través de los símbolos “último viaje” “nave” “mar”. Hay una vinculación con la estrofa anterior tanto por la utilización de la 2º pers. plur. en esa comunicación directa con el lector, con estilo dialogado “ me encontraréis…”; como por destacar su desapego de lo material a través de estas metáforas: “ligero de equipaje,/ casi desnudo…” para finalizar con el símil “como los hijos de la mar” con la evocación final de la muerte. Para nosotros, los lectores, tiene esta última estrofa el valor de una premonición. El presagio se va a cumplir, el poeta unos meses antes del fin de la guerra civil tendrá que atravesar la frontera con su madre para refugiarse en Francia. Ambos, enfermos, serán acogidos en Collioure donde muere el 22 de febrero del 39, dos días después fallece su madre.
Para finalizar señalaremos algunos aspectos referentes al tema y al estilo. La estructura externa e interna, así como la métrica, se han señalado anteriormente.
- TEMA: Retrato del poeta y de su orientación creadora.
- ESTILO: Hemos señalado al interpretar el poema el rechazo que hay en varias estrofas hacia” cierto Modernismo vacuo”. Sin embargo, son apreciables en esta composición rasgos estilísticos que expresan ese Modernismo intimista, con esa veta romántica, mirando hacia dentro e intentando captar la universalidad del sentimiento. Con este poema se inicia Campos de Castilla pero todavía pervive el intimismo de su etapa anterior.
Es destacable la utilización de los símbolos ya mencionados: huerto, limonero manantial, rosas, ave, gay-trinar,viaje, nave, mar. También las metáforas muy expresivas: “los afeites de la actual cosmética” para referirse al esteticismo del Modernismo sonoro y grandilocuente, tenores huecos, coro de los grillos, ecos… irían en la misma línea. El símil:” como deja el capitán…”,”como los hijos de la mar”. La adjetivación altamente connotada: huerto claro, sangre jacobina, manantial sereno, tenores huecos, mano viril, docto oficio…, recordemos que el propio poeta señalaba el valor y expresividad del “adjetivo definidor”.
Otros recursos: la aliteración de sonidos como /r/, /s/, apreciable en las estrofas 3, 4, 5…que aportan una gran belleza sonora y rítmica, la elipsis del verbo, en los versos 3 y 4: “mi juventud, veinte…”. La bimembración: “de un patio…y un huerto”, “Ni un seductor Mañara ni un Bradomín…”, “los tenores huecos y el coro de los grillos…”. Enumeraciones y paralelismos “El traje que me cubre y la mansión que habito/el pan que me alimenta… “Hipérbaton: “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”, “ A distinguir me paro…”, “A mi trabajo acudo, con mi dinero pago”. La naturalidad y sencillez expresiva está reflejada en el uso de los nexos coordinantes que son evidentes en todo el poema.
Para concluir señalaremos que el estilo es una muestra de la elaboración, equilibrio, austeridad y sencillez que caracterizan siempre la poesía de Machado. Precisamente un crítico del “27” como Dámaso Alonso dirá de este poeta “Era, ante todo, una lección de estética (…).Y era una lección de hombría, de austeridad, de honestidad sin disfraces ni relumbrones…” que es lo que nosotros como lectores interpretamos y sentimos tras la lectura de este entrañable Retrato.